En el caso de un capitalista de la metalurgia, por ejemplo, el incumplimiento en el proceso de producción tiene costos meramente materiales. Pero para el caso de un burgués propietario de una Entidad Promotora de Salud – EPS, donde hay enfermos en delicado estado bajo su responsabilidad como los de cáncer ¿qué ocurre cuando les niega el suministro oportuno y adecuado de medicamentos, exámenes o consultas especializadas? ¡Está matando a esos usuarios por supuesto!
Al dejar que el cáncer siga su curso impidiendo el acceso a los modernos servicios médicos, se está exterminando cobarde e indirectamente al paciente. MATAR POR OMISIÓN. Además, el burgués propietario de la EPS, es consciente que esa gente a la que condena a morir de la forma más dolorosa y penosa, ha pagado previamente su cuota al sistema de salud, lo que no significa mucho al final para ellos, pues el corazón del capitalista está en su bolsillo y para asegurar sus negocios más que atender bien a los usuarios desposeídos, hay que tener poder económico y político, asegurar los grandes pagos a los parásitos funcionarios públicos y al grupo de abogados defensores.
MATAR A LOS USUARIOS DE LA SALUD POR DESATENCIÓN ES LEGAL BAJO EL RÉGIMEN CAPITALISTA. El modelo es tratar al paciente que tenga con qué pagar y monopolizar este negocio. En ese sentido, los explotados y oprimidos no deben guardar esperanza alguna en que los verdaderos culpables de estos crímenes sean castigados por sus propios jueces, en sus propios tribunales prostituidos y serviles. La salud pública no es una característica de este sistema depredador de hombres, él se vio obligado a otorgar este beneficio por la creciente lucha del movimiento obrero y por la competencia con el bloque socialista, que demostró que la sociedad puede tener ciudadanos sanos y viviendo hasta el doble del promedio que bajo los regímenes de esclavitud si se acaba con el sistema de subyugación y se instaura la socialización de los medios de producción bajo el gobierno de obreros y campesinos, como lo fue en Rusia y China.
Una vez que la amenaza de la revolución social desapareció de la vista y el movimiento de masas revolucionario pudo ser controlado, el capitalismo convirtió este servicio en un ruin negocio más. Este es un llamado a la conciencia del pueblo, que se ha tragado mares de lágrimas estos años, con el peso del dolor llevado por dentro.
¿Por qué ocurre esto?, es decir, ¿por qué gente tan rica, como la familia Uribe Moreno, dueña de empresas tan prosperas, asesinan por omisión, sin recibir nunca castigo por ello y usted usuario no tiene garantizado el servicio médico, ni siquiera pagando cumplidamente sus parafiscales en salud?
Querido lector, la verdad es esta: para el capitalismo y el Estado, el costo humano de la muerte de un paciente de cáncer, no es nada comparado con el costo económico del tratamiento. Porque si el enfermo fallece, muerto está. Pero si sobrevive mucho tiempo, el mal tendrá que estar sometido con costosos tratamientos, cirugías de todo tipo, sofisticados exámenes y citas especializadas. El seguimiento por todo el resto de la vida es una condición de la enfermedad, que no se cura, solo se controla y se debe reiniciar tratamiento, cirugías y exámenes cada vez que recaiga.
Ni qué decir de la mayoría de pacientes consumidos en todas sus energías y tiempo luchando contra esta enfermedad y por lo tanto no pudiendo trabajar. E incluso una vez controlado, muchas personas quedan con secuelas terribles que les impide trabajar el resto de la vida.
Para el capitalismo en su conjunto, no solo para la burguesía propietaria de las EPS, no hay provecho en suministrar servicios médicos a los pacientes oncológicos, que consumen muchos recursos pero no se emplean en la vida productiva. Y como el ser humano bajo el capitalismo vale solo en la medida que su trabajo enriquece a los explotadores, una persona que nada produce nada vale; pero si además de no generar provecho requiere que se le invierta para mantenerla con vida, entonces no solo no vale nada, sino que se hace indeseable para el sistema. ¡Hay que deshacerse de ellos! Esta es la actitud del sistema con esos ciudadanos en desgracia.
Así que bajo el capitalismo, el Estado, los sistemas de salud, las instituciones, tratarán siempre de desentenderse de la suerte de estas personas a la que se consideran un lastre, por su alto costo.
Por esto, querido usuario y trabajador, vale la pena invertir toda la fuerza y toda la capacidad de organización para resistir a los ricos y a su Estado, que es el que lanza la directiva de la privatización de la salud, a su vez orientado por las instituciones imperialistas. Por esto es necesario luchar por cambiar este sistema degradante y ruin.
Los trabajadores colombianos necesitan un sistema socialista para no morir de enfermedades curables. Bajo el capitalismo la enfermedad y la ruina para los desposeídos, son una ley. ¡No basta resistir, se necesita la revolución!