La periodista Vicky Dávila «renunció» a su trabajo en la emisora La FM de RCN, después de revelar un video que según ella, ayudaba a demostrar algunas de sus denuncias sobre un cartel de prostitución masculina dentro de las filas de la Policía Nacional. La periodista ya había incomodado con sus investigaciones a diferentes sectores: al gobierno Santos, a Rodolfo Palomino, ex director de la Policía; al exviceministro del Interior Carlos Ferro y al capitán de la Policía Ányelo Palacios, entre otros. Sin embargo, no hay que olvidar que dicha periodista, siempre ha sido una lame suelas de los gobiernos de turno, como en el caso de Andrés Pastrana, Juan Manuel Santos y especialmente de Álvaro Uribe Vélez, del cual dijo en una reciente entrevista dada a Daniel Coronell que la razón por la cual le hizo propaganda al expresidente paraco con las cosas que decía, no fueron «para que le agradaran a él sino porque genuinamente a mí también me gustaban».
En la sociedad capitalista existe una falsa libertad de prensa y de expresión. No hay libertad e imparcialidad en los medios burgueses de comunicación, pues todo está amarrado al poder del capital, a los intereses de las clases parásitas que hoy son dueñas de las imprentas, de las bodegas de papel, de las emisoras, periódicos y portales de internet. Esta es una verdad que se ha comprobado cientos de veces: cuando los monopolios económicos fuerzan la “renuncia” de un periodista, cuando sus editores mutilan el contenido de algún artículo incómodo para las clases dominantes, cuando amenazan o asesinan a uno u otro periodista que fila del lado de algún sector de la burguesía o que intenta hacer realmente un periodismo independiente de las ataduras del capital.
En el caso de Vicky Dávila, es evidente la relación que existe entre la burguesía, el Estado y los medios de comunicación amarrados al poder del capital. Dávila es forzada a «renunciar» por mandato de la presidencia y del monopolio capitalista de la familia Ardila Lülle dueña de RCN, por sus críticas al gobierno Santos, administrador de los negocios comunes de la burguesía, y a miembros de la Policía Nacional, parte del pilar fundamental sobre el que descansa el Estado de las clases reaccionarias. Así le pagan a esta periodista arrodillada al capital a los que por tantos años defendió y alabó en radio y televisión y en su lugar ponen al frente de La FM al también abiertamente uribista Hassan Nassar.
En Colombia los medios de comunicación siempre han estado del lado de uno u otro sector de la burguesía y los terratenientes. Ningún medio de comunicación amarrado a las cadenas del capital puede decir la verdad, ni tiene libertad de expresión. Solo una prensa libre del yugo del capital y dirigida en su forma y contenido por el proletariado y los intelectuales que defiendan los intereses de los obreros y campesinos, será provechosa para poner fin al reinado de la mentira, el soborno y las alabanzas al capital, que es lo que hoy representa la ramera prensa burguesa.