La pandemia de la COVID-19 se ha vuelto un problema mundial; centenares de miles de muertos, intensificación del hambre y la miseria de la mayoría de la población, millones de desempleados, confinamientos y con ello incremento de problemas mentales, intensificación de muchas enfermedades, maltrato a niños y mujeres en el hogar, empeoramiento de las condiciones laborales, discriminación en atención de salud negada a los pobres y disponible sin límites a los ricos, etc.
Por donde se le mire, la pandemia ha agudizado al extremo las contradicciones propias de una sociedad que pone en primer orden la ganancia y desprecia el bienestar del pueblo trabajador, un Estado que gobierna en beneficio de la ganancia y de los ricos, además de ser inepto e incapaz, en lugar de afanarse por enfrentar la pandemia, lo que hace es aprovecharse de ella de manera perversa y asesina para sus fines, extenderla, manipularla, y poner a sus expertos a sacarle todo el provecho posible, así eso cueste millones de vidas de las masas; al fin de cuentas, para los ricos, en el planeta sobran millones de personas y de vez en cuando hay que hacer “limpieza” exterminando una parte de la sociedad, unas veces con guerras, y cuando la oportunidad se les presenta (o cuando ellos mismos la crean), con una situación como la pandemia.
Un análisis realizado por un obrero revolucionario, que además está vinculado al área de la química, nos ayuda a comprobar la veracidad sobre la manera como el Estado manipula de manera perversa el tratamiento de la pandemia, dejando en evidencia que no hay un verdadero interés en enfrentar la COVID-19 sino todo lo contrario, utilizarla para sus fines; el interés no es salvar vidas, sino jugar con ellas, aprovechándose de la pandemia, corroborando la denuncia hecha por los comunistas desde marzo: ¡La Pandemia es el Sistema!
Sí Existe Tratamiento Para la COVID-19 y el Pueblo Debe Exigirlo
Al comienzo de la pandemia se creía que los pacientes morían por neumonía y no se tenía un tratamiento farmacéutico eficaz, porque apenas se estaba comprendiendo las manifestaciones de la enfermedad; ahora después de 7 meses cuando hay varias opciones terapéuticas con buenos resultados es criminal que sigan falleciendo miles de personas por falta de atención médica oportuna.
La discriminación es evidente en el tratamiento. Mientras a los ricos, y a los que pueden pagar servicios de medicina complementaria se les atiente de manera inmediata, a la inmensa mayoría de la población, los sistemas sanitarios siguen orientando quedarse en la casa en observación pasiva durante días, lo que permite el avance del virus de la etapa inicial a una inflamación pulmonar que lleva a agravar la situación hasta un nivel hospitalario, requiriendo salas de cuidados intensivos y el uso de los ventiladores artificiales.
Desde marzo del 2020 uno de los procedimientos iniciales que mostró buenos resultados fue el uso del suero sanguíneo o plasma de personas que estuvieron infectadas y se recuperaron, pues contenía anticuerpos que como células de defensa aligeraban la recuperación.
En abril también hubo éxito con un medicamento aplicado en Italia cuyo principio activo es el Ruxolitinib, el cual se utiliza en los tratamientos de rechazo a un trasplante de medula ósea, logrando frenar el avance de la COVID-19. Además, los investigadores en Australia realizaron pruebas con la Ivermectina en células o tejidos aislados, mostrando efectividad, con la advertencia de que en dosis altas puede ser tóxico.
En mayo se identificó que la Dexametasona es eficaz en el tratamiento de los pacientes críticos; en este mismo periodo los italianos realizaron autopsias en cadáveres de pacientes fallecidos por COVID-19 y descubrieron que no morían de neumonía como se pensaba inicialmente, sino por una inflamación pulmonar y una formación de trombos en distintas partes del cuerpo.
El sistema inmune produce fibrosis pulmonar y la formación de coágulos como una respuesta inflamatoria exagerada de las personas. La híper-reacción se debe a que el cuerpo genera una respuesta autoinmune descontrolada, donde las células de defensa del organismo reconocen a las células propias como extrañas y empiezan a combatirlas. Algo similar a cuando hay un trasplante de órganos, donde las células propias atacan al nuevo órgano como un agente extraño. Para evitar el anterior efecto el organismo cuenta con sustancias reguladoras de la respuesta inmunitaria llamadas interferón, utilizadas con éxito por los chinos y los cubanos para frenar los decesos. La terapia consiste en la aplicación de interferón vía sublingual en bajas dosis. Y aquí, el problema también es el dinero; el interferón es de difícil acceso y costoso, por lo tanto desde julio en varios países se establecieron tratamientos donde combinaban varios medicamentos como parte de una terapia con la cual lograron controlar los síntomas y evitar las muertes de los pacientes; esta combinación se resume así:
Antibióticos: Ciprofloxacina o Claritromicina; Anticoagulantes; Antiinflamatorios: Ibuprofeno y si se es alérgico, usar como sustituto acetaminofén y Antigripales.
También son útiles de forma preventiva algunos remedios caseros que contribuyen a elevar las defensas y a descongestionar los pulmones como:
1) Licuado de una cebolla cabezona + 2 cabezas de ajo + 3 limones. Licuar, colar y tomar una cucharada al día.
2) Vaporizaciones con eucalipto y manzanilla.
Estos tratamientos corresponden a lo que se conoce en el desarrollo de manejo de la enfermedad y que se han podido establecer como efectivos, sin embargo, en ningún momento se describen como automedicación por parte de Revolución Obrera.
En octubre se presentaron resultados de algunas investigaciones sobre la reacción de la COVID-19 entre niños y adultos, mostrando que en los niños la respuesta inicial a la infección es fuerte mediante algunas citosinas o células de defensa en respuesta del sistema inmunitario innato a una infección; a la vez, la respuesta inmunitaria adaptativa posterior no se desvía hacia una reacción inflamatoria excesiva, que sí se presenta en mayor porcentaje en los adultos. Se confirmó así la importancia de actuar rápido en los adultos cuando se detecta la enfermedad o cuando se presentan los primeros síntomas; así solo sea por sospecha se debe actuar para evitar que se propague el virus y se produzca la reacción inflamatoria o los coágulos.
Actualmente se mantiene el temor de las masas trabajadoras frente al contagio. Sin embargo, los tratamientos actuales son efectivos y seguros de acuerdo con el conocimiento adquirido de la enfermedad y solo se requiere que el sistema sanitario aplique la herramienta científica que le corresponde en materia sanitaria. Procedimiento que se está aplicando de manera discriminada y que debe ser exigida al Estado para toda la población.
En términos de salud, es muy claro que al Estado y sobre todo a los grupos económicos a los que sirve, no les interesa atender de manera eficiente a toda la población; los intereses económicos y las cuentas políticas que hacen, les determinan las estrategias que siguen para aprovechar la pandemia y sacar toda la utilidad posible en beneficio de sus bolsillos. A los trabajadores, no les queda otro camino que cuidarse entre ellos mismos, tomar las medidas de bioseguridad y exigir con la lucha directa, con la movilización y el Paro General Indefinido que el Estado retome el sistema de salud pública ahora en manos de los capitalistas privados y destine todo lo que sea necesario para proteger a toda la sociedad.