Las Mujeres en La Guajira ¡No se venden, se organizan y luchan!

Las Mujeres en La Guajira ¡No se venden, se organizan y luchan! 1

Hace algunos días, fue motivo de indignación una, dizque entrevista, del locutor Fabio Zuleta a Roberto Barroso, un “palabrero” Wayuu. En la entrevista se negoció a una mujer Wayuu como esclava sexual y del hogar, argumentándolo como parte de una costumbre ancestral.

De inmediato la respuesta de muchas mujeres Wayuu y en general de la sociedad, fue el rechazo a esta pretensión que, por cierto se dice ya está en manos de las “autoridades competentes” por configurarse como delito de trata de personas y discriminación por etnia y raza.

Efectivamente, escuchar la “entrevista” da asco, de frente hablan de la compra de una mujer indígena de manera natural, como si simplemente fuera un intercambio de mercancía. Es preciso entonces advertir que, por un lado si es esta una práctica ancestral (lo cual han desmentido algunas mujeres Wayuu) es una costumbre aberrante y machista que la comunidad debe despreciar y erradicar, empezando por oponerse a este tipo de comentarios, entrevistas o proposiciones; eso fue lo que debió hacer el “palabrero”.

Por otro lado, se advierte el machismo vivo de la sociedad, que no solo hace parte de la cultura guajira o indígena, sino que invade la cotidianidad, pues es alimentado por el sistema capitalista de producción que todo lo convierte en mercancía, incluyendo a las mujeres ya sea como objetos sexuales o como esposas sumisas, en últimas como esclavas de los hombres; siendo este tipo de conversaciones algo tan normal que puede hasta hacerse eco abiertamente en la radio.

Si bien instituciones como la Procuraduría y Fiscalía han prometido investigar las –probables- conductas criminales del entrevistador y entrevistado; no es un secreto que este tipo de cosas sucede a diario, que las niñas y mujeres son negociadas, raptadas, violadas y hasta asesinadas, como sucedió con Yuliana Samboní, caso en el cual no ha habido reparación a la familia y por el contrario hay al parecer rebaja de pena para el violador y asesino Rafael Uribe Noguera. En este contexto es difícil confiar en que las instituciones podridas del Estado actúen eficientemente, por lo tanto, esta lucha contra la opresión, maltrato, violación, discriminación y asesinatos a las mujeres, debe ser principalmente en las calles, con las mujeres inmersas en la confrontación de clases, pues su emancipación solamente será posible si va de la mano con la emancipación de la clase obrera.

Por lo pronto, el llamado a la etnia Wayuu, a sus hombres y mujeres, a todos los indígenas y, a los obreros conscientes es a exigir por todos los medios, el cierre del programa “Buenas tardes con Fabio” y porque no, exigir un espacio en esa misma emisora para tratar asuntos propios de la cultura Wayuu, de su problemática y la de sus mujeres; algo que sin duda será mucho más interesante que escuchar las babosadas y groserías de un machista.

Finalmente, teniendo en cuenta que la cultura Wayuu y en general las culturas indígenas han sufrido notables cambios: en su economía, en sus costumbres, gustos musicales, rituales y demás, todo ello obligado por el sistema de producción capitalista y las relaciones de producción propias de éste; el llamado es tomar lo que sea favorable de dichos cambios, por ejemplo rechazar la ablación, rechazar el pago de dotes y promover el amor sexual individual, rechazar la negociación y venta de niñas y mujeres, etc.

Las mujeres junto a los hombres del pueblo, incluyendo las diversas etnias y razas, deben luchar unidos por su libertad, lo que implica deshacerse de todo vestigio que involucre el sometimiento de la mujer por el hombre, porque este es un problema de toda la sociedad, y porque es con las mujeres, con su decisión y capacidad de combate, con quienes podrán avanzar a una mejor sociedad que ponga en manos de la mayoría -es decir de los desposeídos- la potestad para resolver todos los problemas de la sociedad.

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