La Policía Nacional: abusos dentro y fuera de sus filas

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El 5 de noviembre de 1891 nació la Policía Nacional de Colombia. El Día del Policía, es celebrado por la institucionalidad del Estado burgués, por la burguesía y los terratenientes, pues esta fuerza hace parte del pilar central del Estado de los ricos. Son muchas las denuncias que el mismo pueblo hace contra esa institución corrupta y criminal, principalmente, a través de los medios de comunicación independientes o por medio de las redes sociales y que son ampliamente conocidas. Sin embargo, hay una opresión de la que se habla muy poco, porque también es muy poco lo que se divulga por fuera de las paredes de esa podrida institución: los casos de abuso sexual al interior de la propia Policía Nacional de Colombia.

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El Paro Nacional del 2021 y los abusos sexuales de la Policía Nacional contra el pueblo

Por el contrario, son muy conocidos los casos de abuso sexual que la Policía Nacional comete, principalmente, contra las mujeres del pueblo, lo que la convierte en una institución en la que las masas populares no confían por su largo historial criminal de constantes abusos y de impunidad contra los victimarios por parte de la justicia burguesa. A propósito, en el informe Colombia La Policía no me cuida: violencia sexual y otras violencias basadas en género en el Paro Nacional de 2021, se denuncia lo siguiente: «Amnistía Internacional recibió cientos de denuncias sobre violencia basada en género ocurrida durante el Paro Nacional. En las denuncias se relataban casos de violencia psicológica, amenazas de violencia sexual, violencia por prejuicio contra personas LGBTI, tocamientos y acoso sexual, desnudez forzada, discriminación por razones de género, tortura y violación sexual en contra de mujeres Afrodescendientes, mujeres Indígenas, personas defensoras de Derechos Humanos, periodistas, reporteras, brigadistas de salud, madres que acompañaban las marchas y, en general, mujeres que participaron en las protestas.».

Denuncia que «La Defensoría del Pueblo, en boletín publicado el 4 de junio de 2021, identificó 112 hechos de violencias basadas en género en contra de mujeres y personas LGBTI durante las manifestaciones sociales cometidas por agentes de la Policía Nacional, 99 cometidos contra mujeres y 13 contra personas que se identifican como LGBT», « En cuanto a los hechos de violencia sexual la Defensoría del Pueblo estableció que se presentaron cinco denuncias de acceso carnal violento -de acuerdo al tipo penal aplicable en Colombia y 22 hechos que incluyeron tocamientos sexuales, amenazas de violencia sexual, acoso sexual, entre otros»

Y frente al acceso y confianza en la justicia burguesa, concluye que «Para la mayoría de las personas sobrevivientes acudir a las entidades del Estado no les ha generado la confianza necesaria, pues consideran que podrían ser revictimizadas o por temor a amenazas o atentados contra sus vidas por denunciar.». Este es sólo uno de los casos en que la Policía Nacional ejecutó la política criminal de usar la violencia sexual y de género contra las mujeres pobres como un arma política para infundir miedo en el pueblo. Basta recordar a Alison Salazar, hija de un expolicía, que con apenas 17 años se suicidó después de ser abusada sexualmente por cuatro agentes del ESMAD en Popayán, Cauca, en mayo de 2021 cuando fue detenida en medio de las protestas y trasladada a una URI de la Fiscalía.

Casos de abusos sexuales dentro de la Policía Nacional

Según los testimonios de diferentes policías que se han atrevido a denunciar, principalmente mujeres, existen muchos más casos en el silencio por miedo a denunciar. Así lo ratificó una oficial de Policía cuando afirmó que «Aun así, nunca pasó nada. Ese capitán llegó a coronel y se retiró como coronel. También sé de compañeras que las han acosado de forma terrible, pero esas cosas siempre se quedan allá dentro» haciendo referencia a un capitán que la acosó sexualmente cuando la trasladaron a prestar servicio en la cárcel de Cundinamarca. «Desde que llegué el tipo se obsesionó conmigo. Yo siempre le ponía la raya hasta que llegó el día en el que trató de pasarse, de cogerme a la fuerza». Por estos hechos, dos miembros de la Policía están enfrentando acciones judiciales por acoso sexual contra 7 de sus subordinadas en Cundinamarca entre 2023 y 2024. Uno de los acusados es el mayor Jhonier Cardona Ramírez, a quien cinco agentes lo acusan de haberles realizado “tocamientos abusivos y propuestas indecentes, aprovechándose de su cargo como comandante del distrito de Ubaté, Cundinamarca”.

A la cadete Lina Maritza Zapata la asesinaron el 25 de enero de 2006 antes de graduarse como alférez, cuando el director de la Policía era el General Rodolfo Palomino. Lina fue asesinada dentro de la Escuela General Santander de un disparo en la cara, después de descubrir por medio de un compañero, el alférez John Cifuentes, un álbum de fotografías de cadetes que les ofrecían a oficiales de alto rango y congresistas para que les hicieran los llamados “favores sexuales”, lo que se vino a popularizar después como la “Comunidad del Anillo”. El cadete, Julián Andrés Lucumí, que encontró el cadáver de Lina en los dormitorios colectivos, también apareció asesinado con un balazo en el pecho días después.

En abril de este año se conoció que la «Procuraduría General de la Nación formuló cargos contra el excomandante del departamento de Policía del Guaviare (2022-2023), Dalmiro Rafael Heras Santana, por presunto acoso con fines sexuales y trato impropio hacia varias funcionarias públicas.» El policía, acosó de diferentes formas a 10 mujeres dentro de la Policía Nacional, por ejemplo, realizando llamadas y videollamadas insinuantes, comentarios burdos y del “doble sentido” con contenido sexual contra las mujeres, y burlas a una policía indígena a quien ridiculizó frente a más de cien hombres que conformaban la unidad policial.

Y así, de ese calibre son las denuncias que se pueden encontrar en medios de comunicación, referentes al acoso sexual, abusos, tocamientos y hasta asesinatos que se han dado dentro de la Policía Nacional, principalmente cometidos contra mujeres de esa podrida institución. No se trata de “manzanas podridas” que acosan a las mujeres y también a los hombres, aunque en menos medida. Se trata de una política de abuso, maltrato y acoso permanente por parte de los superiores contra sus subordinados.

Manoseos en la Policía de Santander contra una joven auxiliar; denuncias de acoso sistemático contra una patrullera en Huila por parte de un coronel y de una teniente en Quindío también contra un coronel; el año pasado la patrullera Daniela De La Ossa denunció acoso por parte de sus superiores en la estación de Policía de Cereté, Córdoba, y dijo que «Algunas patrulleras toman la drástica decisión de quitarse la vida, yo no, yo voy a denunciar públicamente y denuncié en Procuraduría. Ya no aguanto más acosos laborales y tampoco acoso sexual, simplemente porque no quise acceder a pretensiones».

El 5 de noviembre, día de la Policía Nacional de Colombia, es una fecha en la que el proletariado revolucionario debe recordar que esa institución no es su amiga, que hace parte del pilar central de Estado burgués con que oprimen a las masas populares con toda violencia. Es una institución que no sólo se ensaña contra el pueblo desarmado, sino, que también violenta a sus propias fuerzas en su interior, especialmente contra las mujeres que la componen y que sufren todo tipo de vejámenes por parte de sus superiores.

Es por esto que hay muchos casos de renuncia a esa podrida institución por parte de mujeres y hombres que no están dispuestos a aguantar abusos por parte de sus superiores. Ya son 133 años en los que el pueblo ha sufrido en carne propia la política del terrorismo de Estado que ejecuta la Policía Nacional, y que impone a las mujeres todo tipo de acoso y violaciones contra sus cuerpos, incluidas las mujeres que prestan sus servicios dentro de la institución.

Las llamamos a denunciar el acoso del que son víctimas. Lo peor que pueden hacer es quedarse calladas sufriendo los abusos. Es necesario rebelarse contra sus superiores, denunciarlos colectivamente uniendo a las víctimas contra sus victimarios y desatar la lucha de clases que se vive en su interior. Mientras se atreven a dar ese paso, la Policía Nacional seguirá siendo el blanco del odio de clase de las masas populares. A pesar de que la composición de las fuerzas armadas y de policía mayoritariamente pertenece al pueblo que sirve como carne de cañón para defender los intereses de la burguesía y los terratenientes, el deber revolucionario del proletariado es combatir por medio de la violencia a todas las instituciones armadas que defienden el actual Estado de los ricos.

A las mujeres del pueblo abusadas de cualquier forma por parte de la Policía Nacional, las llamamos a conformar, junto a muchas otras mujeres, el Movimiento Femenino Revolucionario, en el que se organicen cientos de mujeres que las hermane la convicción de luchar por materializar la Plataforma que reúne todas las reivindicaciones que las mujeres, junto a sus compañeros de lucha, deben conquistar.

Hoy, 5 de noviembre, el pueblo no tiene que celebrar el día de la Policía Nacional, todo lo contrario. Es una fecha para reafirmar el odio de clase contra una institución enemiga del pueblo y que no protege las filas que la componen.

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