Estoy cansada del capitalismo, necesitamos la Revolución

Estoy cansada del capitalismo, necesitamos la Revolución 1

Hoy, quisiera aprovechar la oportunidad que el Portal Revolución Obrera nos da a los explotados y oprimidos para desde aquí gritar, gritar desde lo más profundo de mi corazón que como mujer, como trabajadora, y como comunista estoy cansada. Cansada de este maldito sistema capitalista imperialista para el que las clases trabajadoras (proletarios y campesinos) no somos más que cerebros y manos que producen, simples engranajes de una maquinaria inhumana con la que ellos se enriquecen.

Estoy cansada de que el capitalismo imperialista no solo nos explota en las fábricas y en las empresas, sino también en nuestros propios hogares. Cada viernes o cada sábado salimos de la esclavitud asalariada para caer en la esclavitud doméstica. El capitalismo nos condena a ser esclavas asalariadas, produciendo mercancías y servicios para enriquecer a unos asquerosos holgazanes, y luego a ser esclavas domésticas que reproducen la fuerza de trabajo de hoy y la del mañana, criando hijos que el sistema también tratará como esclavos.

Estoy cansada de este ciclo que parece interminable y que nos consume. De que el capitalismo imperialista nos arrebate la dignidad de ser la clase que mueve el mundo; de que el capitalismo imperialista nos condene a vivir para otros, para los patrones que nos ven solo como cerebros, manos y vientres que ellos seguirán explotando.

¿Dónde queda nuestra vida, nuestra humanidad, nuestra libertad?

Trabajamos de lunes a viernes, de lunes a sábado, de lunes a lunes, en fábricas, oficinas, escuelas, hospitales… y luego, ¿qué? Nos dan un par de días para lavar la ropa, limpiar la casa y descansar, que no es más que prepararnos para empezar de nuevo. Nos dan un par de semanas de vacaciones para tratar de apaciguar nuestro agotamiento. ¿Eso es vida?

¡No, compañeros, no lo es! Nosotros, los trabajadores, los que con nuestro brazo poderoso producimos todo lo que se crea en el mundo merecemos mucho más. Merecemos una vida en la que podamos realmente ser humanos, en la que podamos disfrutar del amor, de la naturaleza, de la cultura y de la educación. No estamos aquí solo para producir para el capital, para llenar sus bolsillos mientras apenas sobrevivimos. Nos han robado el tiempo, nos han robado la vida y nos han vendido la mentira de que esta es la única forma de vivir.

Pero nos negamos a aceptar ese destino. Ya el marxismo, con su economía política, con su materialismo histórico y dialéctico, con la Revolución Rusa y China nos demostró que nosotros, los proletarios y los campesinos, tenemos el poder de cambiarlo.

El capitalismo imperialista es un monstruo que devora nuestras vidas y destruye nuestro planeta; que nos superexplota mientras saquea la tierra y sueña con escapar a otros planetas cuando haya terminado de arruinar este. Pero no lo permitiremos. Nosotros no solo levantamos el mundo, levantamos nuestras voces y puños porque somos la fuerza motriz de la revolución. Nosotros que sabemos de sacrificios, también sabemos lo que es la revolución y lo que ella nos traerá.

La revolución socialista no es una fantasía lejana. Es una necesidad urgente, porque no podemos seguir viviendo así. Queremos y merecemos una vida en la que no seamos esclavos, una vida en la que podamos trabajar por el bien común, no para enriquecer a holgazanes, una vida para disfrutar, para aprender, para crear, para vivir… El socialismo nos ofrece esa posibilidad, es el único camino hacia la verdadera liberación de toda la clase obrera de la nauseabunda esclavitud asalariada y doméstica.

Es tiempo ya de levantarnos. Es tiempo ya de acabar con este sistema de opresión y explotación. La historia nos llama y es nuestra responsabilidad responder. Desde estas páginas los llamo a estudiar, a organizarnos, a pelear, a trasformar el mundo.

¡Abajo el capitalismo imperialista!

¡Por la liberación de toda la clase obrera: adelante con la revolución socialista!

¡Por un futuro socialista donde podamos ser libres y humanas de verdad!

¡Adelante compañeros, hacia la revolución!

Una camarada

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