Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres. Rosa Luxemburgo
Hoy se conmemora el Día del Orgullo Gay en honor a las personas que, a finales de los años 60, la noche del 27-28 de junio decidieron no esconderse más y enfrentaron decididamente las reaccionarias fuerzas policiales en Nueva York.
Esa noche despertaron las personas que antes se escondían, eran señaladas y discriminadas; esa noche se levantaron para decir: «basta de señalarnos, basta de reprimirnos, basta de asesinarnos, basta de ignorarnos».
Saludamos las justas luchas de la comunidad LGBTIQ+ por hacer respetar sus derechos, y extendemos el llamado resumido en la consigna: Los derechos no se mendigan, se arrancan al calor de la lucha organizada.
No podemos seguir permitiendo que las clases dominantes reaccionarias, nos dividan artificialmente por el color de la piel, el sexo, el género, la edad, la actividad social…, pues en el fondo la división fundamental de la sociedad es entre clases sociales: trabajadores explotados y holgazanes explotadores.
Las clases dominantes en la sociedad capitalista, con su doble moral, hablan de igualdad y libertad mientras imponen hostilidad a todo lo que les parece diferente; por ello discriminan, oprimen salvajemente, reprimen e incluso asesinan por ser negro, por ser mujer, por ser joven, por pertenecer a la comunidad LGBTIQ+, por ser desplazado, dirigente social o simplemente por no estar de acuerdo con el orden establecido. En ese sentido el orgullo gay no debe ser individual, pues cada persona por separado puede ser aplastada con facilidad, por ello es justo e inevitable que los oprimidos y discriminados se hagan sentir colectivamente; sin embargo, eso no es suficiente, se requiere del orgullo de clase, el orgullo de pertenecer a la mayoría trabajadora que, a pesar de ser reprimida, se mantiene en pie de lucha por construir un mundo mejor que sí garantice la verdadera igualdad y libertad.
Con los puños en alto seguiremos luchando por nuestros derechos, aunque en ello se nos vaya la vida.