
Desde el Portal Revolución Obrera lamentamos y rechazamos la muerte de la líder social y defensora de Derechos Humanos Lina María Puentes Vega en Baraya, Huila, el pasado 31 de mayo. Su asesinato se suma a la triste y larga lista de asesinatos contra líderes sociales en Colombia.
Así los grandes medios de comunicación en Colombia, propiedad de algunos monopolios económicos, sean serviles al Estado y traten de ignorar y desconocer la violencia que el Estado y las clases dominantes desde hace muchos años vienen ejerciendo contra la población civil por medio de grupos armados y en especial por medio de los grupos paramilitares, para nadie son un secreto las sistemáticas masacres dirigidas a exterminar los líderes sociales y defensores de los Derechos Humanos. Situación de violencia que se expresa como una persecución de guerra contra los líderes sociales, que juegan ese papel de intermediarios entre los poderes hegemónicos y la clase obrera, líderes sociales que por su ideal dar a conocer la verdad a la opinión pública y a las familias de las diferentes víctimas sobre sus muertes y desapariciones, son estigmatizados como fichas claves que deben ser silenciadas a las buenas o a las malas para generar terror entre la población.
Bien es sabido que en el sistema capitalista se maneja la ley del gatillo como forma del terrorismo de Estado para acallar a quien defiende la verdad. Esta vez, un cruce de disparos entre el Ejército y las disidencias de las Farc del Frente Darío Gutiérrez fue la causa del asesinato de esta buscadora de víctimas de la guerra contra el pueblo en Colombia. Lina María Puentes Vega, reconocida líder del Huila buscaba a sus hermanos desaparecidos en 2009 y 2015 y solo encontró la muerte. Era reconocida por ser buscadora de víctimas de desaparición forzada. Los grupos armados a sueldo de los terratenientes como Uribe y otros, como las disidencias en este caso, solo saben asesinar y masacrar al pueblo.
Esto se suma a una larga lista de asesinatos. En el 2025, Lina María es la número 68 según Indepaz. Rechazamos su muerte y todas las que enlutan al pueblo trabajador colombiano. El Estado no protege a los luchadores y líderes populares, sino que ejecuta la política criminal del terrorismo de Estado materializado en las ejecuciones selectivas de aquellos que quieren una mejor sociedad. Confiar en la democracia burguesa y en la protección estatal es como si el ratón confiara en el gato. El pueblo mismo debe confiar en su fuerza y organización para salvaguardar la vida de sus dirigentes.
¡Por Lina María y todos nuestros muertos y desaparecidos, ni un minuto de silencio, toda una vida de combate!